miércoles, 4 de agosto de 2010

Estancia en Lhasa

Cuarto y quinto día - Por Lhasa y alrededores



En esta entrada he unido los dos días siguientes porque hemos pasado la mayor parte del tiempo visitando monastrios y flipando, al menos yo, con la devoción del pueblo tibetano. Ni en esta ni en otras entradas entraré mucho en detalles de datos porque para eso están las guías de la Lonely Planet. Más bienintentaré dar mi visión del viaje y contar algunas anécdotas.

Comenzamos la visita nada más y nada menos que vistando el palacio del Potala. Es una fortaleza en toda regla. Es imponente. Como casi todos sabréis la fachada del Potala es de dos colores, rojo y blanco. La zona blanca es la destinada a los asuntos políticos, gestionados por el Dalai Lama de cada época. La zona roja (más pequeña por cierto), para los asuntos religiosos...Su interior es un laberinto de pequeñas capillas repletas de Bhudas de todas las formas, colores y tamaño.

Al salir del templo, nos topamos con cientos de peregrinos venidos de todos los rincones del Tibet, realizando la Kora del Potala. mientras hacían girar los innumerables molinos de oración que rodean la kora. Una kora es un itinerario circular que se realiza alrededor de algún lugar sagrado. En Lhasa hay cuatro koras concéntricas que forman un mandala. Estos peregrinos nos saludaban siempre con una sonrisa y nos animaban a que hiciéramos girar los molinos de oración. Lo mejor que he encontrado hasta el momento en Tibet es su gente. Y no digo eso de todos los lugares a los que he ido, véase Noruega,Rusia e incluso Mongolia.

El siguiente templo que visitamos fue el de Drepung. Se trata de un templo semiderruido que actualmente alberga a unas decenas de monjes y que están reformando personas lqicas de corta edad. Personalmente, a pesar de su estado descuidado, me encantó pues se respiraba allí un ambiente mucho más íntimo. Además, pude contemplar la ladera de la montaña de la cual descuelgan un mandala en una fiesta que la verdad, no tengo ni idea de cuándo es ni qué celebra, pero lo vi en los documentales españoles de "El laberinto del Tibet" que os recomiendo. En es documental, flipé al ver lo que hacen con los cadáveres en Tibet. La historia es que, no hay madera para quemar ocmo en la India, y el suelo está demasiado duro y frío como para enterrar. Lo que hacen entonces, es llevar el cuerpo del difunto hasta un lugar donde, el ser más cercano, descuartiza el cuerpo, y una especie de sacerdote, con una serie de gritos y rituales, llama a los buitres, que en cuestiómn de segundos, no dejanmás que los huesos. Para rematar la faena, los huesos son machacados (incluido el cráneo) y esparcidos por la zona. Dicho así suena macabro, pero realmente, es lo único que pueden hacer para desprenderse de los cadáveres, y de acuerdo a su creencia, el alma del difunto volara en alas de un buitre, animal sagrado en su cultura, entre las también sagradas montañas himalayas. Pero lo que más me sorprendió es que yo pensaba que esto era algo relegado a las zonas más rurales y remotas, pero no, el chico que nos condujo hasta Drepung, nos dijo que ese será su final igual que el de toda la gente en Tibet, incluso en Lhasa. Lo decía con una naturalidad, que yo ya flipaba...

Al día siguiente, por la mañana, visitamos el Jokhang, corazón absoluto del budhismo mahayana. Cientos de peregrinos, la mayoría de ellos poco aseados y con aparentes pocos recursos, iban recorriendo las numerosas capillas y dejando billetes en ellas. Los billetes estaban por todas partes, en las vitrinas, en los Bhudas, por el suelo...mientras los monjes practicaban su actividad favorita, contarlos y agruparlos literalmente en sacos. Esto me confirmó mi idea acerca de cualquier religión que conozco.

Desde la parte supèrior del templo vimos como en el edificio de al lado había unos cincuenta jóvenes arreglando el techo del mismo. Llevaban consigo un palo acabado en una pieza rígida y plana con que golpeaban en suelo con el fin de apelmazarlo mientras otros echaban agua y más arena. Hasta ahí bien, pero lo mejor es que lo hacían siguiendo una coreografía estilo "follow de leader" mientras otro cantaba para animar el cotarro. Dicen que así trabajan más y se cansan menos. ¿Os imaginaís a los albañiles en España siguiendo ese método..?
Al volver a la plaza de Bharkhor, dejé mi mochila en el suelo, e inmediatamente apareció un militar chino diciéndome airosamente que no podía dejar nada en el suelo. Tampoco puedes sentarte. Les encanta hacerse notar.

Por último, por la tarde fuimos al monasterio de Sera. Allí presencié algo que pensaba que no iba a ver y que me dejó asombrado. Se trata de la dialéctica. Cada monasterio tiene su metodología para que los jóvenes monjes vayan aprendiendo las enseñanzas de Bhuda. Pues bien, en este los monjes, en grupos de cuatro o cinco, discuten y gesticulan enérgicamente como método mnemotécnico. Pero la gracia está en que cada uno de ellos está a su rollo, es decir, uno increpa a los demás con el tema que esté memorizando, y los demás le salen por peteneras con lo suyo. Me quedé un par de horas viendo cómo los monjes discutían acerca de nada. Es realmente impactante, en cuanto pueda, colgaré un video.




Con esto doy por terminada esta entrada, que desde mi punto de vista será la más rollera, porque si bien btodo el tema de la religión puede ser muy interesante, no es lo que me trajo hasta aquí como pudisteis leer en la primera entrada del blog.

Mañana empezaremos la Ruta de la Amistad, que une Lhasa con Kathmandú cruzando el Himalaya y pasando en nuestro caso por el campo base del Everest. Eso me llama más.

1 comentario:

  1. Muy bueno lo de los noruegos, jajaja.... Premio a la simpatía, eh???

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