miércoles, 4 de agosto de 2010

Sobrevolando el Himalaya





Tercer dia - De Kathmandu a Lhasa




(Antes de nada, os digo que la represion china en Tibet, tiene censurado internet, asi que no he podido actualizar el blog. Tambien es verdad que cuando nos perdimos por el Tibet profundo ni internet ni gaitas...asi que ahi va un buien atracon de entradas, que he ido escribiendo a mano. A ver si os gustan.)



Hoy es el dia en el que abandonamos temporalmente Nepal para vivir nuestra experiencia al otro lado del Himalaya, en el Tibet. Asi que nos levantamos a las siete de la manana, desayunamos y nos vamos al aeropuerto. Alli, los propios trabajadores nos piden euros diciendonos que los coleccionan. Yo les he dicho que yo tambien los colecciono, se han reido y no me han pedido mas. Un poco despues, paran a Javi en el control, y le dicen que no puede subir con dinero al avion y que debe darselo a ellos. Evidentemente, Javi no lo hace y le tienen un buen rato ahi parado insistiendo en el tema. Al final, le dejan ir...si cuela, cuela...

En cuanto al vuelo, sin duda el mas bonito de mi vida. Nepal es una sucesion continua de montanas verdisimas que van ganando en altura y que cada vez se van haciendo mas agrestes. A pesar de estar bastante nublado los picos del Himalaya empiezan a asomar, hasta que aparacen de manera bestial por encima de las nubes algunos ochomiles rodeados de gigantescos glaciares, que segun la direccion del vuelo, creemos que eran el Lhotse, Cho-Oyu y el Everest. Fue increible.

Una vez cruzado el Himalaya, la frondosidad de los bosques nepalies cambia radicalmente a la arida meseta tibetana, en mi opinion muchisimo mas bonito. Montanas peladas pero muy altas y afiladas que generan grandes valles con rios amplisimos. El avion tardo poco en aterrizar, puesto que el aeropuerto se encuentra a 3600 metros.


Tras pasar un monton de controles de la policia china, nos estaba esperando Dolma una joven tibetana que sera nuestra guia durante la estancia en Tibet. Se me olvidaba decir que entrar en el Tibet, no es nada facil. Se necesita un visado de grupo, es decir, funcionamos como una unidad, entramos seis y tenemos que salir seis...vamos, las que entran por las que salen. Ademas, es obligatorio moverse por alli con un guía, nada de ir por libre o tendras serios problemas con el ejercito chino invasor. Como es de costumbre alli, Dolma nos impuso un panuelo tibetano blanco como gesto de bienvenida. Yo ya empezaba a fliparlo.

En cuanto al clima, fresco por la altitud y seco, porque los montes himalayas frenan la humedad del monzon. En cuanto al mal de altura...todos lo notamos. Ibamos muy despacio, mareados y mas atontados de lo normal, que en mi caso, no es poco.

El aeropuerto esta bastante lejos de Lhasa, a mas de una hora, porque esa parte del Tibet esta formada por valles aridos rodeados de montanas muy altas, y precisamente en el valle de Lhasa, no hay lugar para um aeropuerto, pues el rio Lhasa no le deja sitio. Asi que la naturaleza nos brindo la oportunidad de distrutar del valle paralelo al de Lhasa, donde ya empezamos a descubrir la arquitectura y la fauna tibetanas. También hemos tenido nuestro primer contacto con el budismo tibetano.


Al llegar al hotel, madre mia lo que sufrimos para subir las mochilas por las escaleras, estabamos a 3765 metros y se notaba. Poco despues, empezamos a pasear por las calles de Lhasa...madre mia...somos los unicos occidentales!!! La gente nos mira mas a nosotros que nosostros a ellos.




Cientos de personas giran alrededor del Monasterio del Jokhang, voltenado molinos de oracion y haciendo postraciones. No me puedo creer que lo que tantas veces he visto en la tele, lo tenga ante mis ojos. El olor de los inciensarios termina de darle a todo ello un ambiente indescriptible. Hay gente muy diferente, de todo tipo de etnias tibetanas con ropas y peinados muy distintos.




Entre todo este desfile de religiosidad, se entremezclan constantemente, desfiles de patrullas de militares chinos armados con escopetas, a los que no puedo hacer fotos, ya les pillare despistaos. Tambien los hay en las azoteas de las casas.

Asi que nos metimos en un sitio en el que solo servian momos (una especie de empanadilla rellena de algo...) y sopa de yak. Era un tugurio increible pero fue toda una experiencia. La gente nos miraba y se reia sin parar. Empezamos a constatar que en Lhasa nadie habla ingles y que no estan nada acostumbrados a los occidentales. Comimos los seis por 3 euros...


Salimos de la plaza Durkhar y tras caminar un rato, salimos del centro de Lhasa y nos encontramos ante el palacio de Potala. Se hizo el silencio en el grupo y se nos pusieron a todos los pelos de punta. Todos coincidimos en que no nos esperabamos que fuera tan grande e imponente. Es de noche y sacamos unas fotos preciosas, pero tendremos que esperar a manana para verlo por dentro.


De vuelta al centro de Lhasa, pasamos por una tienda de alimentos hiperlujosa para los turistas chinos, que son el 90%, en la que vendian toda clase de marranadas. Lagartos voladores aplastados, caballitos de mar...pero lo maximo fueron los gusanos secos a 7600 euros el kilo, si si, 7600 euros!!!


Despues de eso, nos dimos un paseo por la noche por las silenciosas y tranquilas calles de Lhasa en las que quedaban muy pocos peregrinos con sus rezos y postraciones, pero en las que se respiraba un ambiente aun mas espiritual. Dimos unas cuantas vueltas al Jhokhang y a dormir, que al dia sigueinte nos esperaba el Potala y el mitico monasterio de Drepung.

No hay comentarios:

Publicar un comentario