viernes, 13 de agosto de 2010

Hacia el centro de Nepal

Duodécimo día - De Kathmandú a Pokhara


He dormido muy bien, y antes de desayunar voy a comprarme una libreta y un boli, porque todo lo que he escrito en el blog hasta ahora, previamente lo he ido apuntando en donde he ido pillando, hasta en las cajas de las pilas que he ido comprando y en algunos tickets o papeles de publicidad.

Así que me doy un paseo por el entorno del hotel. Como os podréis imaginar, lo de siempre, un desastre. Destacaré que voy con chanclas por descansar un poco los pies tras muchos días con las botas, y he de tener cuidado con dónde piso. Charcos hediondos, pescado podrido, excrementos de todos los tamaños. Pero tampoco puedes ir mirando al suelo, porque aquí los coches, motos, vacas, perros y caballos van por donde les da la gana. Sin embargo, voy encantado en este paseíto mañanero. mi sensación es bien diferente a la que tuve el primer día que llegué a Kathmandú. Dentro de todo esto, hay algo que me hace sentir bien y creo que es, precisamente quetodo este desastre te hace relativizar otras preocupaciones o problemas.

Al final encuentro una tienda donde tiene pinta de haber de todo a pesar de que tras el pequeño mostrador cabe a duras penas el dependiente. La mayoría de las tiendas sonasí en Kathmandú. Compro un boli y una libreta, ambos usados...porque no e encontrado nuevos, y el boli se me revienta a mitad de camino...en fin, tendré que apañarme como sea.

Desayuno como un rey y subimos subimos a la furgo rumbo a Pokhara. Los extraradios de Kathmandú son canela en rama. Todo lleno de gente pa allá y pa acá, y por mucho que les miro, no sé exactamente qué hacen. Hay muchísimo tráfico, especialemente motos y camiones, estos últimos tuneados al estilo Bollywood y con unas bocinas que emiten unas melodías largas y cachondas de música india.

Sigo constatando que aquí no hay ni un centímetro cuadrado liso. Esto es todo una sucesión montañas y valles, plagados de ríos y de unavegetación exhuberante. Lo que ocurre es que hay montañas tan altas, que otras no lo parecen y también lo son. Sólo te das cuenta cuando empiezas a subirlas por la carretera llena de curvas. Así de golpe pasas a otro valle y percibes el cambio en la arquitectura, en las ropas. En ocasiones, pasas de un valle sucio y contaminado, a otro limpio, rural y cuidado. Así, es de entender la cantidad de etnias, culturas e idiomas que tiene Nepal.

El tráfico desciende a medida que avanzamos por la carretera que va pegada al potente río Trisulo, que va lleno de barro de todo lo que arrastra con su fuerza. Aún así, de vez en cuando veo niños bañándose en él, como se los lleve la corriente, aparecen en Calcuta...

Como decía antes, la arquitectura ha cambiado. Aquí las casas soncomo chozas de madera muy bonitas por toda laladera de las montañas, bien cuidadas, muy separadas unas de otras y con amplio terreno de cultivo. Atrás quedó la aglomeración de Kathmandú y su extrarradio. Todo es muy rural pero nada pobre, todo lo contrario.

Sé que nos acercamos a Pokhara porque por encima de las nubes asoman algunos picos imponentes, como el Machhapuchre. Este es un pico al que está prohibido subir y al que nadie ha subido. Está declarado sagrado, antes de tal declaración un grupo de 19 alemanes intentaron coronarlo y murieron todos. La verdad es que a pesar de tener "sólo" 6993m es afilado lo mires por donde lo mires.

Seis horas después, al fin en Pokhara. No me esperaba así esta ciudad, no tiene nada que ver con todo lo que he visto antes en Nepal. Tiene un lago precioso y está muy (quizá demasiado) preparada para el turismo, y es que es la puerta de entrada al macizo central del Himalaya, el de los Annapurnas. Es aquí también donde se tramitan los permisos para acceder a esa zona de rutas de montaña (intentaré evitar la palabra trekking). Así que directamente sin comer porque cierran la oficina y tras pagar unos 30 euros, ya tengo mi tarjetita de montañero nepalí con mi foto y mi sello. Ahora sólo me falta dar la talla subiendo y bajando montañacas. De momento para coger fuerza, hago una única ingesta desayuno-comida-cena en un koreano que me deja nuevo.

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