domingo, 22 de agosto de 2010

Ruta Annapurna V

Decimoctavo día - De Ghasa a Tatopani


He pasado una noche estupenda y he dormido como un tronco quizá ayudado por los sonidos de la lluvia que no ha parado en toda la noche y del Kali Ghandaki que pasaba cerca de mí.

Por la mañana sigue lloviendo y un gallo que no tiene otra cosa que hacer que cantar como si fuera su última vez, me ha despertado a las 5 AM. No sé si lo he dicho en alguna otra entrada anterior, pero la diferencia horaria con España es de 3h 45 min. ¿A alguien le parece medio normal? Así que a las 5 AM es de día y el gallo canta y a las 7 PM ya es de noche, con lo que pierden dos horas de luz por la mañana y otras 2 por la noche...bueno, eso comparado con cagar por la calle no es nada...

Como no parece que la lluvia vaya a parar, comienzo la etapa sobre las 10 AM, y la verdad es que como para hoy hay tanto desnivel, en seguida puedo ver cómo en el valle de abajo ya no hay nubes y luce el sol. Me cruzo con un montón de gente, que al preguntarme de dónde soy, me felicita por la victoria de la selección en el Mundial.Es sorprendente el alcance que tiene el fútbol. Parece increíble que aquí, en medio del Área de Conservación del Annapurna, la gente esté tan enterada de esos temas. Además, siguieron el partido con atención, porque incluso suelen decirme lo guarros que fueron los holandeses, aunque para eso no hacía falta estar atento...

Lleva lloviendo horas sin parar, y el camino está muy jodido, incluso en ciertosd tramos ha desaparecido bajo una ladera que se ha derrumbado. Me comentan unos catalanes que en Pakistán está habiendo problemas srerios con la lluvia. Aquí, de momento la cosa está jodida pero sin problemas que yo sepa. Así que en ocasiones el camino se ve atravesado por un fuerte río que he de cruzar. Incluso en uno de ellos, me detengo un buen rato para ver por dónde cruzarlo y un paisano que me ha visto, me ha ofrecido que me cruza a coscaletas por 150 rupias. Le he regateado, más que nada por la experiencia de cruzar encima de un tío, pero no ha habido acuerdo económico.

Hace un calor horrible y se agradece que esté lloviendo, aunque con la humedad que hay, daría igual si no lo hiciera.

De este modo, y siguiendo un día más el curso del Kali Ghandaki, llego a Tatopani (aguas calientes). En este pueblo hay unas aguas termales que cuestan o,40 euros y que te dejan nuevo. Comparto baño con algunas personas del pueblo y con una pareja de catalanes que había visto algunos días antes en Muktinath. Llevan como guía y porteador a la versión nepalí de Felipe González. Nos lleva a un bar a tomar unas cervezas, pollo con curry y un chupito de ron nepalí, todo por 2,5 euros.

Para cenar me pido un Dhal Baat, y les comento a los catalanes que todos los días como y ceno Dhal Baat y me dicen que su guía lleva 26 años comiendo y cenando eso...se lo pregunto a él y me dice que no, que estuvo 15 días en Alemania y allí no comió Dhal Baat. Ahí queda eso. El caso es que me dice que debo comer el Dhal Baat con la mano, que sabe mejor. No sé si lo he dicho en alguna entrada anterior, pero sólo se puede utilizar la mano derecha para comer, porque la otra está reservada para hacer guarrerías como limpiarse el Ohio.

Me meto en la cama y me miro la planta de los pies y está negra. No me explico cómo puedo llevar los pies así...Mañana hay jornada muy dura, 2000 metros de desnivel hasta llegar a Ghorepani. Si hay suerte y estña despejado, cosa que dudo, podrñe ver el Annapurna I y el Dhaulagiri.

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