jueves, 5 de agosto de 2010

Ruta de la Amistad IV

Noveno día - De Shegar a Rongbuk (y campamento base del Everest)


A pesar de lo rústico del alojamiento, he dormido como un tronco, así que me levanto con energía y con ilusión por lo que tenemos para hoy: llegar a la zona del campamento base del Everest. La distancia de la etapa de hoy es de sólo 90 km, pero seguramente nos llevará todo el día recorrerla porque la carretera es una pista muy mala y hay que pasar dos puertos de montaña que son tela marinera.

Nada más dejar Shegar, un control chino de no sé qué ni para qué...pero ahí que tenemos que esperar la cola, enseñar los pasaportes, etc. Coincidimos con un autobús de tibetanos a los que atienden en otro mostrador. Los funcionarios chinos los tratan con desprecio, mientras los pobres tibetanos enseñan los papeles que llevan con sumo cuidado entre sus deterioradas ropas. Es una vergüenza tener que vivir eso en tu propio país, pero ¿qué remedio les queda?

Una vez pasado el control comenzamos el ascenso del primero de los puertos, el Geu – La (5170 m). Desde allí vemos con dificultad entre las nubes, tres de los cinco ochomiles que tiene el Tibet: El Cho-Oyu, el Lhot-Se y el Qomolongma. Tras una vertiginosa bajada comemos en Tashi Dzon (nosotros le llamamos Salchichón) donde volvemos a ver a otro niño con el modelo “pichica fuera”.

Es un pueblo muy rural y hemos comido en un lugar de la cadena “tú pide lo que quieras que yo te voy a poner lo que me dé la gana”, muy extendida en Tibet. Lo que pasa es que este se lleva la palma, porque a la hora de hacer la cuenta, la camarera, una chica muy joven, se empezó a agobiar porque creemos que no sabía ni leer ni sumar y que allí cobran las cosas a ojo. Al final nos apañamos.

Retomamos la etapa, pasando por algunos pueblos donde como siempre, los niños salen a nuestro paso a saludarnos sonrientes. La carretera comienza a subir el segundo puerto, el que nos llevará al monasterio de Rongbuk, que creo que ha de ser el más alto del mundo (4950m). No sé si habrá más de 4 o 5 monjes.

Unos cientos de metros más adelante hay un grupo de tiendas de campaña tibetanas donde pasaremos la noche. Dormimos los seis juntos con una chimenea alimentada con lo que le sobra al yak después de hacer la digestión…

Descansamos un poco y a pesar de estsar bastante nublado, todos menos Alfredo, que sigue con catarro, decidimos acercarnos al campamento base del Everest. El paseo no es ninguna tontería, me he sentido muy bien y muy fuerte, pero tan sólo hemos salvado un desnivel de 100 metros y no veas lo que ha costado. No me quiero ni imaginar lo que debe ser enfrentarse a un ochomil.

Una vez allí, volvemos a presentar el pasaporte y el visado de grupo…Sin embargo, está muy nublado y comienza a llover. Hace muchísimo frío y están entrando unas nubes de aupa. Así que volvemos a las tiendas, donde nos dice Dolma que estamos a algún grado bajo cero. Nos metemos en la tienda y le pedimos al fogoner que haga los honores y que le eche caca de yak (que por cierto, está al lado de mi cama) a la chimenea. Nos tratan de maravilla, nos sirven te caliente con agua que hierven sobre la chimenea. Después para cenar me pido unos noodles vegetales maravillosos. Es un lugar humilde pero limpio, que es todo un paraíso si pensamos en lo que tenemos fuera…Nos vamos a dormir temprano porque mañana es nuestra última oportunidad de ver el Everest y nos dicen que tal y como está la cosa, no nos hagamos ilusiones. Al saco, y a dormir.

4 comentarios:

  1. Bárbaro. Sin palabras.
    Envidia, envidia, envidia... XD

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  2. En el próximo control dile chinorrii! y ya veras que ondanada te cae. Como para llevarse unas tronias!

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  3. Nene dónde andas???? Pues sí que estás perdido... Madre mía por dónde estarás metido....

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  4. Ya estoy de vuelta. He estado por la zona de los Annapurnas, la verdad es que algo perdido sí que está. Ahora estoy en Pokhara otra vez.

    Voy a subir alguna entrada aunque voy con mucho retraso y si puedo con la conexión, algunas fotos también.

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