sábado, 14 de agosto de 2010

Ruta Annapurna I

Decimocuarto día - Vuelo a Jomsom y Trocolo's moment



Son las 4:30 AM, hora de levantarse. El avión hacia Jomsom sale a las 6:00 pero el aeropuerto está muy cerca. Cuando llegamos al aeropuerto de Pokhara (que es bastante más pequeño que la estación de autobuses de Cartagena) está cerrado, y nos quedamos esperando a que abran la puerta en la calle. No somos más de veinte personas. Una vez que la abren...no hay electricidad en todo el aeropuerto, así que, aunque no os lo creáis, facturamos iluminados con una vela!!! El aeropuerto de llegada (Jomsom) tiene fama de ser uno de los más difíciles para aterrizar en el mundo, por estar entre montañas y por las condiciones meteorológicas. Y viendo el nivelazo que hay en este aeropuerto...esperemos que el avión y sobretodo el piloto estén mejor.

Pues la cosa de momento pinta regular ná más porque nos avisan a grito pelao que el avión va a salir como muy pronto a las 8 de la mañana porque la cosa está jodida en Jomsom. Madre mía...Pues nada, aquí estaremos esperando. El tiempo pasa y el avión que no sale. Nos dicen que como muy tarde saldrá a las 12:30 y que si no, habráque esperar al día siguiente. La verdad es que no tengo muchas esperanzas de que lo vayamos a coger hoy, pero de pronto, un trabajador del aeropuerto empieza a gritar: "Jomsom, Jomsom". Hemos tenido suerte!!!

Subimos al avión y eso es pa mear y no echar gota. El avión tiene 16 plazas. Es como una furgoneta con alas. Pero bueno, no hay otra cosa...empieza a acelerar, parece que va a reventar...le cuesta subir...veremos a ver...uuuuffff....siiiiiii....estamos en el aire!!!!

Hay varias cosas que por sí solas bien merecerían un viaje a Nepal. Y este vuelo es una de ellas. Es impresionante. Va todo el rato rozando las montañas que cada vez son mas altas y escarpadas. El paisaje es espectacular. Pero el vuelo sólo dura 25 minutos y cuando me quiero dar cuenta ya está aterrizando. La pista en Jomsom está curvada hacia arriba para ayudar a que la avioneta pueda frenar antes de que se acabe. El avion incluso culea del frenazo que pega, es super emocionante.

Jomsom era para mi uno de los destinos mas esperados del viaje. Cuando llegue, me quede alucinado. Es mucho mas pequeno de lo que esperaba. Una vez mas, hemos cambiado de pais. Aqui la gente y la arquitectura vuelven a ser integramente tibetanas, y es que, tibetano que ve un solar a mas de 3000 metros, tibetano que ve un lugar perfecto para vivir.

Entro en el control de los permisos para la ruta. Consiste en que te apuntasn en un libro, para que quede constancia de por donde vas a estar, por si pasan los dias y no has dado senales de vida en el siguiente control.

La idea inicial para la priemra etapa es llegar a Kagbeni, un pueblo que esta justo en el limite del simbolico Reino de Mustang. En cuanto abandonas Jomsom, el paisaje se vuelve arido y desertico, muy parecido al Tibet. Y es que, realmente, en cuanto a cultura, raza y paisaje, algunos mantienen, que este es el verdadero corazon del Tibet (sin estar en el) porque al pertenecer a Nepal, se ha mantenido al margen de la represion china.

El paisaje es precioso y la ruta es de continua subida, asi que no nos detenemos en Kagbeni y continuamos hacia Muktinath. Cada vez todo es mas espectacular. El camino no para de subir y me doy cuenta de la gran diferencia entre el Himalaya y cualquier otro lugar: aqui, por mucho que subas, siempre hay una montana mas alta, nunca acabas de subir.

Despues del esfuerzo de la caminata, aparece, en mi opinion, el alojamiento perfecto. Una casa con un jardin lleno de mandanga y en el que cuesta cada cama 0,30 euros y cada cerveza 3 euros, es decir, por el precio de las 3 cervezas que me tome, podria haber dormido 30 dias alli...

Rodeado de tanta mandanga, me vi obligado a negociar con la duena, y finalmente y como era de esperar me eche un trocolo. La verdad es que no era gran cosa, pero me vengo arriba y propongo al grupo algo que no estaba previsto: intentar subir al Torung - La al dia siguiente. Deberiamos salvar un desnivel de 2150 metros, pasando de 3300 a 5450, me parece demasiado.

Estamos solos en el alojamiento, y Nima, la duena, nos prepara un exquisito Dhal - Baat. Mientras lo cocina, conozco a un chaval con el que me echo cuatro trocolos en un momento. Es un fiera. Es hijo del rico de la zona, el hombre que se encarga de construir y reparar las carreteras y caminos. Estuvimos hablando de Nepal, de Espana, de su estancia en Hong Kong, del Reino de Mustang y del Tibet. Me comenta que cuando nacio, el se llamaba Shantous (luz infinita) y que era un nino muy lloron. Pero que su abuelo murio de una forma casi mistica como pocos lamas mueren, algo relacionado con agujero en la fente, no lo entendi muy bien, el tio iba fino tambien...El caso es que cuando su abuelo murio, el dejo de llorar, y entonces le cambiaron el nombre a Shanti (paz). Una historia curiosa.

Nima me pregunta por el desayuno del dia siguiente. Su oferta es: dos huevos fritos por un solo lado (si no, te los frien por los dos), 2 tostadas y cafe con leche, 2,40 euros. Es caro para ser Nepal, pero el sitio es idilico. Dormir + cena Dhal Baat 3,90 euros.

Con la tripa lleba de Dhal y de Baat, me voy a la cama que la jornada de manana promete ser dura.

2 comentarios:

  1. El trócolo más alto, no?? Jejeje.... que fanegas...

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  2. De momento sí, pero sólo de momento. Los trócolos están para clavárselos y los récords para batirlos.

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