viernes, 3 de septiembre de 2010

Ruta Annapurna VII - Sanguijuela´s Party

Vigésimo día - De Ghorepani a Pokhara






Son las 4:00 AM y suena el despertador. He dormido poco, porque no quería quedarme dormido y perderme la subida nocturna al Poon Hill. Como dije en la anterior entrada, la idea es subir a dicho pico antes del amanecer, para intentar ver los ochomiles de la zona.

Me asomo a la ventana, y aunque es de noche, me da la impresión de que está nublado...empezamos bien. Sin embargo, después de lavarme la cara y volver a asomarme a la ventana, me doy cuenta de que las estrellas se ven perfectamente en el cielo. Menos mal que me lavé la cara...

Así que salgo rumbo al Poon Hill, con la preocupación de saber si las sanguijuelas duermen o están disponibles 24h. Como os imaginaréis, la respuesta correcta es la segunda.

Llego arriba donde hay una especie de torre de control. Ne subo a ella, está amaneciendo y la vista no puede ser más espectacular. En frente de mí tengo el Annapurna South, el Annapurna I y el Machhapuchhre, y a mi izquierda el imponente Dhaulaguiri.




Después de disfrutar un buen rato de la vista, desciendo del Poon Hill y regreso a Ghorepani, donde me pego un merecido desayuno. Son las 9:00 AM, con las fuerzas cargadas, emprendo la etapa que me llevará de nuevo hasta Pokhara. Se supone que se debe hacer en dos díasm pero yo la haré en uno, ya veremos...

El camino es parecido al de ayer, sólo que de bajada. Es una etapa de 18 km de bajada, que discurre por un sendero formado por piedras gigantes amontonadas que forman escalones, unos de pocos cm y otros de medio metro.







Como el desnivel salvado es bastante grande, una vez más el paisaje cambia varias veces a lo largo del día, y con ello la estructura de los pueblos y por supuesto, la forma de vida de sus gentes. Es impresionante que gente que vive en la ladera de una isma montaña lleve estilos de vida tan diferentes. Y es que, realmente voy estar casi 18 horas andando para bajar una montaña, es decir, toda esa gente vive en la misma montaña, pero algunos en una zona seca y desértica, más abajo otros viven en un frondoso bosque, después aparece la profunda selva tropical y por último, en el final de la etapa, la gente que vive en apacibles valles llenos de prado, y todos en la misma montaña!!!




He de centrarme en la parte tropical...Se trata de una zona en la que siempre están las nubes, la vegetación es exagerada, igual que la humedad. En fin, os podéis imaginar como estaba la cosa de sanguijuelas...Realmente, ha sido lo único que me ha sobrado en el viaje, me puse histérico. Me supera, eso de verme un gusano engordando anclado en mi tobillo...






Para despegarlas hay que echarles sal o quemarlas, pero yo no tenía ni sal ni mechero, ni tiempo que esperar. Cada vez que veía alguna, le arreaba un "mandao". Lo malo es que así te hacen herida, pero no pasa nada.

Entré en un "bar" de un pueblo donde llovía con fuerza y donde jugué una partida de ajedrez con un chico al que le pregunté que hasta dónde había sanguijuelas.










Me respondió que cuando cruzara el río en la otra orilla ya no había. Acabé la partida de ajedra, me puse en posición de salida y eché a correr ladera abajo hasta encontrar el río. Tardé tres horas, en las que a menudo llovía y las sanguijuelas caían de los árboles. Iba gritando como un loco, así tres horas...y cruzándome con gente que debió flipar.

Una de esas personas que me crucé fue una ambulancia humana. Me explico. En esa zona, los pueblos están unidos popr el sendero que os he comentado. Evidentemente, no pueden llegar coches, y como en todos los lados, la gente se pone mala. Pues yo iba bajando, y me crucé con una ambulancia humana, es decir, un hombre que llevaba a otro colgado de su espalda en una especie de cesto/camilla. El tío iba descalzo subiendo por esa mezcla de barro y pedrolos...Esa imagen me dio la fuerza suficiente para el resto de la etapa. Gracias ambulancia humana.

También me crucé con niños vestidos de uniforme y descalzos por esos caminos, con sus mochilas y en grupitos de dos o tres, seguramente comentando su día en el cole. Me parecía impresionante que ésa fuera la realidad de aquellos niños. Si lo vieran mis alumnos...






Al final de la etapa, despeja de golpe y parece otro día. El valle se hace verde y agradable, lleno de arrozales regados por un río fresquísimo en el que no puedo evitar pegarme un chapuzón.







Qué lejos y qué alto se ve el inicio del día cuando subí de noche al Poon Hill. Estoy en Naya Pul, bastante cansado, por lo que decido coger un coche/taxi hasta Pokhara. Dhal Baat y cama...

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